Mucho se habla hoy en día de la Tokenización. Se ha vuelto un tema recurrente en los medios especializados en materia cripto. Igualmente, en las redes sociales, generando curiosidad en aquellos que aún no abrazan las finanzas descentralizadas.
Los más importantes Fund Managers del mundo como BlackRock, Fidelity y JP Morgan (por solo mencionar algunos), nos muestran un interés para nada casual en la materia, impulsados por la revolución que representa la nueva forma de conceptualizar y gestionar estos novedosos instrumentos financieros. En lugar de representar cualquier tipo de activo de manera convencional, la tokenización implica convertirlos en títulos digitales o tokens contando con una serie de propiedades que los aventajan con relación a los activos financieros tradicionales, gracias a que se encuentran registrados en una cadena de bloques.
No obstante, ¿Realmente se maneja en profundidad este concepto, con todas sus implicaciones? ¿Qué impacto en la economía real-productiva tiene o tendría una adopción masiva de este mecanismo financiero?
La criptoeconomía surge en el contexto de los avances tecnológicos que han sucedido a la era postmoderna, enmarcados en Internet, las telecomunicaciones y sus aplicaciones. Representa la expansión de los intercambios económicos y financieros mundiales, dinamizados.
El nacimiento del Bitcoin, que inicialmente se pretendió establecer como un mecanismo de pago entre pares o peer to peer (p2p) independiente del sistema tradicional, allanó el camino para el desarrollo de todo tipo de aplicaciones y avances en materia de finanzas, descentralizando el control de las mismas y generando una serie de sistemas con una potencialidad enorme para la sociedad.
Comencemos entonces por una sencilla definición: ¿Qué es la Tokenización? No es más que una forma en la que cualquier activo o bien, tangible o intangible, se digitaliza y se atomiza en partes más pequeñas que toman la forma de tokens o fichas, al mejor estilo de las fichas o tiquetes en un parque de diversiones, cuyo valor está representado por las condiciones dadas por su creador y cuyos usuarios se rigen precisamente al valor dado por esta(s) condición(es). Lo interesante del asunto, es que estos tokens fungibles o no, se encuentran registrados en un libro contable basado en blockchain, cuya transmisión digital es inmediata y teóricamente segura.
¿Por qué se habla de tokens y no de criptomonedas cuando nos referimos a la representación digital de una propiedad/activo?
Si bien es cierto que ambos existen dentro de una cadena de bloques, la diferencia fundamental entre uno y otro, es que el token se desarrolla sobre un libro contable ya existente, es decir, la cadena de bloques subyacente no es propia, lo que significa que las tradicionales BTC, ETH, ADA, XRP, SOL, MATIC (y muchas más), son criptomonedas porque que se registran y procesan en sus respectivas blockchains nativas, mientras que los tokens , no han necesitado crear una nueva cadena de bloques, sino trabajar sobre alguna de las ya existentes y que soportan la creación de estos, gracias al concepto de los Contratos Inteligentes (Smart Contracts), facilitando así el trabajo de desarrollo de código necesario para tal fin. Por supuesto, en este punto es importante que el desarrollador considere aspectos como costos transaccionales, robustez de la red seleccionada, nivel de descentralización, entre otros aspectos.
Ahora bien, ¿Por qué Tokenizar un activo?: En el contexto actual, donde el sistema financiero tradicional presenta limitaciones para obtener capitales necesarios a los fines del desarrollo de proyectos sustentables, las finanzas descentralizadas están llamadas a proveer ese vehículo esencial que requieren las economías (emergentes en su mayoría). La Tokenización no es más que la monetización (completa o parcial) de un bien o activo, permitiendo acceder más rápida y organizadamente a mecanismo de financiamiento de forma global para proyectos de cualquier índole, democratizando el crédito, con un objetivo netamente productivo y no especulativo, trayendo consigo una serie de ventajas comparativas sobre el sistema tradicional.
Asimismo, la Tokenización es un instrumento ideal para pequeños y medianos inversionistas que desean incursionar en proyectos o mercados de difícil alcance, eliminando las barreras geográficas y abriendo la participación de forma activa y transparente en la gestión y beneficio de estos, sin intermediarios ni pagos de comisiones onerosas, contribuyendo así al desarrollo sostenible y social de las comunidades donde se ubican dichos proyectos.
Muchos se preguntarán, pero ¿Cómo se vincula un activo del mundo tangible, cuya propiedad está inscrita en un registro inmobiliario con una criptomoneda o token, cuya propiedad se determina en una base de datos distribuida (blockchain)? Bueno, he allí parte de la magia de las finanzas descentralizadas. Por supuesto, contar con una regulación cripto amistoso es un aspecto fundamental que está evolucionando. Jurisdicciones como Singapur, Dubái y Japón están adoptando enfoques innovadores para regular las criptomonedas y minimizar desafíos, mientras se revolucionan las finanzas tradicionales al aumentar la liquidez, reducir costos y mejorar la transparencia entre el mundo tangible e intangible.
Mientras tanto, esta revolución sobre las finanzas tradicionales ya capta la atención de gestores de fondos y grandes empresas que han visto la oportunidad de obtener los beneficios de estos procesos de financiamiento descentralizados, por las ventajas en términos de acceso a liquidez, reducción de costos financieros, así como la transparencia inherente por el uso de esta tecnología disruptiva, viéndose desde ya muchos ejemplo en áreas como el sector inmobiliario, el sector turístico o incluso en grandes sociedades de inversión.
Las nuevas formas de relacionarnos a nivel financiero están derribando fronteras, creando autopistas digitales para el curso de nuestros proyectos; generando así una interconexión global aún más marcada que nos espera en el futuro inmediato, ¿Preparado entonces para tokenizar?