Concepción y Origen
Innovación, es la palabra que utilizaría para englobar todo lo que Bitcoin significa. Cuando miramos en retrospectiva la evolución de Bitcoin y de la narrativa que asociamos al
proyecto de Satoshi, el cambio pareciera ser la única constante en estos últimos 14 años.
Creado como una alternativa al sistema financiero tradicional basado en deuda, Bitcoin se presentó como una respuesta a la Crisis Financiera Global de 2008; y, aunque seguramente su concepción estuvo rondando la cabeza de Satoshi Nakamoto durante mucho más tiempo, no me parece coincidencia que la presentación de Bitcoin al mundo se diera durante este período de colapso financiero y caos mundial.
Y es que basta irnos a su bloque génesis y así recordar el propósito de Bitcoin al leer inscrito en él: “The Times 03/Jan/2009 Chancellor on brink of second bailout for banks.” Frase que nos enseña y sirve de recordatorio sobre las debilidades del sistema financiero tradicional cuando es sometido a abusos por parte de las instituciones que deberían garantizar su fortaleza y crecimiento.
Diseño e Incentivos
A diferencia de los sistemas financieros tradicionales, la emisión monetaria de Bitcoin está determinada en el código y, salvo que por consenso así se decida en una actualización, es inmodificable. Esta característica en el diseño hace posible anticipar y predecir qué cantidad de BTC habrá en circulación para cada periodo de tiempo. Esto nos permite concluir que, inevitablemente, Bitcoin llegará a un techo de emisión para el año 2140.
Y aunque esto último sea una verdad matemática, el carácter desacelerado de esta emisión le confiere a Bitcoin una condición de escasez digital, haciéndolo el primer activo en su tipo. Sin embargo, la escasez por sí misma no le confiere a BTC su fortaleza. Existen otros atributos por diseño cuya sinergia le otorga a Bitcoin su robustez.
Hablamos entonces de características como la resistencia a la censura, por ser un sistema globalmente distribuido en nodos donde cada uno de ellos mantiene un registro contable abierto de todas las transacciones; así como del uso de criptografía para mantener la trazabilidad y seguridad de las operaciones. Por último, la ausencia de una autoridad central y la sustitución de ésta por un mecanismo de consenso desincentiva notablemente la acción de actores maliciosos para desestabilizar la red.
Los números de la actualidad
Para septiembre de 2024, existen en circulación diecinueve millones setecientos cincuenta mil bitcoin del total de veintiún millones que se estima que alguna vez existirán. Esto quiere decir que solo quedarán por acuñar y distribuirse dos millones más de bitcoin para alcanzar el límite de diseño. Y, aunque técnicamente la oferta está en expansión, el ritmo al que se acuñan nuevos bitcoin se ralentizará cada doscientos diez mil bloques añadidos, característica también de su diseño. En el ciclo actual, solo cuatrocientos cincuenta BTC son acuñados diariamente.
Aunque es posible anticipar los efectos de la reducción de oferta de nuevos bitcoin sobre las expectativas de los participantes, la realidad es que la escasez se intensifica por el incremento en la demanda del principal activo criptográfico. Sobre este tópico, podríamos considerar algunos de los agentes que influyen sobre la demanda de bitcoin. Algunos bancos centrales están considerando acumular BTC como activos de reserva, anticipando los efectos que una crisis financiera de algún país considerado estable pudiera tener sobre sus propias economías.
Otros agentes son los fondos de inversión y capital de riesgo, que han descubierto recientemente en los mercados bursátiles la posibilidad de comerciar con bitcoin y otros
criptoactivos. Aunque los incentivos a acumular unidades de bitcoin pudieran rastrearse a múltiples orígenes, el resultado sobre la demanda es el mismo: un incremento fuerte y constante de ella.
Hacia el final de los tiempos
El año 2140 representa matemáticamente la emisión del último satoshi que complementará el resto de los bitcoin emitidos. Dimensionar 130 años hacia el futuro considero que es tan solo equiparable a los escritos del francés Julio Verne, cuando imaginó la conquista aeroespacial de la Luna casi un siglo antes de que se hiciera realidad.
Considerando que Bitcoin solo existe desde hace catorce años, el rumbo que podría tomar durante los próximos cien años no es tan sencillo de anticipar. Por tanto, trataré de hacer una proyección sobre las principales oportunidades y amenazas en los distintos escenarios probables que se presentan actualmente.
El primer tema que viene a la mente para los próximos cien años es el de la eficiencia energética. Las operaciones de Bitcoin están protegidas mediante el uso intensivo de energía eléctrica para proteger las transacciones, combinando la criptografía y el poder computacional. Para 2020, este uso eléctrico ha sido ampliamente criticado, y se ha resaltado el impacto sobre la huella de carbono que las actividades de minería de BTC y otras criptomonedas pueden tener en el medio ambiente. Con las innovaciones en materia de energías limpias y renovables, es posible que en el siguiente siglo tengamos abundancia de energía eléctrica y puedan redistribuirse las actividades mineras.
El siguiente aspecto por considerar es el de los incentivos financieros para utilizar Bitcoin. Con la madurez de la tecnología y el desarrollo de más aplicaciones utilizando los principios de sistemas abiertos, transparentes, descentralizados, distribuidos y resistentes a la censura, ante un panorama de regulaciones y controles por parte de las autoridades estatales, el aumento de la cultura de cancelación, las herramientas que facilitarán la manipulación social y el uso de sistemas de control social, Bitcoin representará el último espacio donde la libertad de expresión y la privacidad se defiendan de los ataques a la soberanía individual.
Sin embargo, las oportunidades ante el futuro incierto abundan, y aquellos que logren conservar BTC en la actualidad como un medio de resguardo ante las adversidades estarán garantizando la conservación de su capital generacional y estarán mejor preparados para sortear con éxito las crisis económicas, sociales y financieras que se avecinan.
Al final, Bitcoin seguirá siendo una red de pares, en donde el registro de transacciones seguirá actualizándose cada diez minutos, registrando nuestra actividad en el libro público de transacciones, resguardado y distribuido en cada uno de nuestros equipos.
¿Y tú qué piensas del futuro de Bitcoin?