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Los retos al levantar capital: La valoración de la startup

Cada vez que tengo que hablar de valoración de empresas en etapa temprana –o valoración de startups– me gusta compartir la reflexión más simple y a la vez más poderosa que derivé de mi experiencia personal con el asunto: tratar de definir una empresa, o explicar o describir lo que ésta hace, a partir de su valoración, es como empezar a contar una película desde el final.

¿Eso es bueno o malo? Para ser honesta, depende mucho de la audiencia, pero lo que sí les puedo asegurar es que, en general, para los fundadores es poco conveniente comprometerse con un valor / precio de las acciones de su startup sin antes comprender cuáles son los criterios y los catalizadores de valor que le pueden favorecer en la etapa temprana.

Por definición, una startup es una organización que opera en un entorno de alta incertidumbre. La falta de predictibilidad en variables tan elementales como los clientes / usuarios y los ingresos, hace que algunos métodos de valoración no sean adecuados para brindar una referencia del valor potencial del patrimonio de la compañía en etapa temprana. Por ejemplo, un método de valoración basado en los flujos de caja libre o uno basado en los múltiplos de las utilidades son menos pertinentes porque, aunque se le puede asignar un valor a cada una de esas variables, la incertidumbre es tan alta que cualquier decisión que se tome sobre la base de esos resultados será esencialmente un acto de fe.

¿Qué se hace en estos casos? Los especialistas en inversión ángel y capital de riesgo (mejor conocido como venture capital) suelen usar métodos que se enfocan en variables que capturan mejor el valor potencial de una empresa en etapa temprana.

El caso particular que me gustaría compartir en esta columna, para ilustrar mejor con un ejemplo concreto, es el caso del Método Berkus. Este método desarrollado por Dave Berkus a finales de la década de 1990, plantea analizar de la capacidad de la startups para gestionar cinco aspectos claves relacionados a la supervivencia de la organización en etapa temprana. Esos aspectos son: razonabilidad de la idea, calidad del prototipo, calidad del equipo gerencial, calidad de las relaciones estratégicas y calidad de las ventas. 

Antes de entrar en el detalle de qué significa cada uno de estos aspectos, es importante destacar que este método genera un modelo cuyo resultado final sigue siendo una estimación, nunca perdamos eso de vista. En su versión original, este método asigna un valor máximo equivalente a USD 500.000 a cada aspecto, por consiguiente, una startup con las características para justificar su capacidad potencial de dominar todos los aspectos, tendría una valoración máxima teórica de USD 2.500.000.

Cabe destacar que esto es meramente referencial, porque no tenemos contexto para matizar la explicación. Sin embargo, comprender eso es lo que le permitirá al equipo fundador seleccionar un método de valoración que facilite la explicación y la exposición en el proceso de negociación en el que eventualmente estarán participando.

Ahora, volvamos al análisis de los cinco aspectos que sugiere el método Berkus y verifiquemos cómo se puede interpretar cada uno para efectos prácticos: 

  1. Razonabilidad de la idea: Es básicamente una evaluación de la pertinencia del producto o servicio para entender si existe una demanda real.
  2. Calidad del prototipo: Como variable proxy (variable Proxy: En estadística, una variable proxy es una medida que aislada no tiene gran interés, pero que permite obtener otras de mayor utilidad) de la capacidad de la startup para mitigar el riesgo de implementación de una determinada tecnología.
  3. Calidad del equipo gerencial: Como variable proxy de la capacidad de los fundadores para mitigar el riesgo de ejecución de tareas cuando no hay procesos definidos (o están parcialmente definidos).
  4. Calidad de las relaciones estratégicas: Como variable proxy de la capacidad de la startup para mitigar el riesgo de salida al mercado del producto.
  5. Calidad de las ventas: Como variable proxy de la capacidad de la startup para mitigar el riesgo de producción.

Dave Berkus fue un inversionista ángel y el método que diseñó cumplía principalmente una función: ayudarlo a él (como inversionista ángel) a entender cuál podía ser una valoración razonable de las startups en las que estaba interesado en invertir. Claramente los fundadores pueden usar el método Berkus para orientarse en su proceso de levantamiento de capital y generar una serie de argumentos que, de nuevo, les haga la vida más fácil a la hora de negociar.

Mi mensaje final para estos fundadores es: levantar capital es, como cualquier otra actividad de tu startup, un proceso iterativo, es decir cíclico y la valoración de la empresa, independientemente del método utilizado, evolucionará en la medida que vayas alcanzando hitos específicos en el desarrollo de tu empresa. Enfócate en demostrar que tienes la capacidad de ejecutar, incluso en entornos de alta incertidumbre, y ya tendrás un paso ganado en cada negociación en la que vayas a participar.

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