Criptomonedas, sinónimo de progreso, libertad económica y modernización; ó seudónimo de ilegalidad, estafas y lavado de dinero. La realidad: puede ser ambas y ninguna a la vez.
Desde la década de los años 70s el mundo ha hecho uso de tecnologías criptográficas para proteger secretos de Estado. Lo que comenzó como tecnología militar, eventualmente migró a manos de los pocos que tenían acceso a computadoras en la década de los 80s. La invención del internet popularizó la necesidad de encriptar comunicaciones y tráfico de datos a través de la red. Ya para mediados de década existía un pequeño grupo de “nerds y hippies” que jugaba con la idea de que el internet necesitaría una moneda propia, nativa a la tecnología web y que fuese independiente de los marcos gubernamentales mundiales. Este grupo de aficionados formaría un movimiento conocido como CypherPunk, cuya tésis principal cita que la privacidad es esencial para el desarrollo humano en la época del internet, y que los individuos deben tomar control propio de su privacidad a través de criptografía, ya que no se puede esperar que gobiernos y compañías defiendan las libertades individuales.
Los cypherpunks dan origen a las criptomonedas, y sus primeros intentos datan de 1983, cuando David Chaum publicó eCash. La comunidad hizo varios intentos de popularizar el efectivo digital, pero ninguno de ellos tuvo éxito al enfrentarse con problemas técnicos de alta complejidad. No fué hasta el 2008 que un miembro llamado Satoshi Nakamoto propuso una versión que integraba soluciones de sus predecesores y resolvía, por primera vez, el problema de duplicidad de gastos de una forma práctica y nativa a la red. Este proyecto, llamado Bitcoin, pasaría a ser la primera implementación popular de las ideas cypherpunk.
Bitcoin fue primero adoptado por los cypherpunk y otros actores de lo esotérico de la internet, pero orgánicamente migró a la industria del crimen, quienes históricamente han sido pioneros en adoptar nuevas tecnologías. Esto no debe sorprender, dado que la premisa de transmitir valor de forma anónima e instantánea a través de la web soluciona muchos de los problemas que el crimen organizado enfrenta desde hace décadas. Rápidamente nacieron en la dark web foros y servicios especializados en la comercialización de productos ilícitos, principalmente narcóticos y drogas. Esto no era algo nuevo, pero innovaron promocionando el uso de Bitcoin como medio de pago anónimo.
De forma simultánea, la web se plagaba de proyectos para intercambiar criptomonedas por valores tradicionales. Al tratarse de tecnología tan compleja, muchos de los servicios y proveedores iniciales llevaban errores en su código fuente, permitiendo a oportunistas y hackers obtener grandes cantidades de Bitcoin al explotar las bóvedas donde estos servicios guardaban sus llaves privadas. Este fué el caso de la primera casa de intercambio de criptomonedas llamada Mt. Gox. Errores en cómo la casa de intercambio procesaba transacciones llevaron a la destrucción de 2,609 Bitcoin, las cuales fueron enviadas a direcciones inexistentes. Y fallas en el código fuente habilitaron que hackers tuvieran acceso a la bóveda central, redireccionando más de 800,000 Bitcoin en total. Esto ocasionó la bancarrota del negocio y la pérdida de capital de unos setecientos mil usuarios.
Las noticias del cese de operaciones de Mt. Gox colapsaron el precio de Bitcoin de casi $900 a $570, añadiendo al nerviosismo de los usuarios quienes buscaban a todo modo recuperar sus inversiones. Discusiones no organizadas emergieron en la web, especialmente en los foros bitcointalk.org y Reddit, donde expertos en programación debatían técnicas para rastrear sus tenencias a través del libro contable descentralizado que conocemos como Blockchain. En poco tiempo, los afectados habían logrado metodologías de rastreo de billeteras propias y de Mt. Gox, y con eso, identificado las billeteras de los hackers y el destino actual de los fondos. Finalmente, una esperanza para recuperar parte de los Bitcoin perdidos!
Así nacen los primeros esfuerzos de monitoreo de Blockchain, y emergen startups dedicadas a la práctica de análisis post-mortem y forense de transacciones. Estas empresas han sido clave en recuperar unas 200,000 Bitcoin del caso anterior, además de otras grandes causas como el cierre de Silk Road, AlphaBay y Hydra (mercados del darkweb), el cese de operaciones y arrestos de WelcomeToVideo, una red de pornografia infantil.
Hoy en día, herramientas de monitoreo y análisis forman parte integral del mundo cripto. Conforme las criptomonedas continúen integrándose al sistema financiero tradicional, los reguladores y políticos exijan mayor escrutinio de la conducta transaccional de todas estas redes. Los Cypherpunks continúan abogando por privacidad financiera y libertad transaccional, pero, sin querer, ellos mismos habrían dado origen a la tecnología que permite este rastreo y desanimación. Nuevas monedas continúan innovando en dirección de mayor privacidad, pero de momento parece que podremos continuar usando métodos de estudio estadístico y matemático para descifrar el sistema. En fin, queda a responsabilidad de nosotros como especie conseguir el balance entre libertad y libertinaje; llegar a un sistema donde se protejan las libertades individuales, sin habilitar a estafadores, hackers y criminales a poder salirse con las suyas.