En medio de una crisis económica sin precedentes, el mundo está observando con atención la adopción de Bitcoin por parte de El Salvador como moneda de curso legal. Sin embargo, este movimiento también plantea preguntas sobre el posible impacto de Bitcoin en la economía de Estados Unidos, especialmente si su precio alcanza niveles astronómicos.
En el caso de El Salvador, las reservas de bitcoin hoy en día rondan los 5700 BTC, que a una tasa de 70.000 USD, equivaldría a un aproximado de 400 millones de dólares. Esta inversión significa que El Salvador, con bitcoin a un precio por encima de 100,000 dólares, tendría la capacidad de pagar todas sus deudas al Fondo Monetario Internacional y no necesitaría financiación adicional, ya que quedaría libre de obligaciones económicas con organismos multilaterales.
Evidentemente, estas reservas digitales de El Salvador, podrían representar una enorme riqueza monetaria en el futuro. Pudiendo este pequeño país, llegar a convertirse en el más rico de Latinoamérica.
Estados Unidos, por su parte, es uno de los mayores tenedores de bitcoin en el mundo, al poseer directamente más de 230,000 BTC bajo custodia del gobierno y ejerciendo control legal directo, sobre más de 1 millón de monedas en tenencia de fondos e instituciones reguladas bajo la ley estadounidense. Esta es una cantidad muy significativa, que podría tener un impacto considerable no solo en en el precio de bitcoin sino en la política económica del país.
Con la economía estadounidense enfrentando una crisis de inflación y deuda, impulsada por la emisión descontrolada de dólares y un aumento alarmante de los precios, se plantea la pregunta: ¿podría también bitcoin ofrecer una solución?
Una posible estrategia para abordar la crisis sería recoger dólares circulantes de la economía para intentar revalorizar su moneda.
No es descabellado pensar, que si el precio de la criptomoneda madre llegara, por ejemplo, a 1 millón de dólares, Estados Unidos podría vender sus tenencias y recuperar una gran cantidad de dólares, que luego podría destruir para reducir la masa monetaria y disminuir su inflación. Esta estrategia, si se implementa con éxito, podría representar un «jaque mate» para la crisis económica del país.
Además de recuperar dólares circulantes, el gobierno estadounidense también podría beneficiarse del alto precio de bitcoin, mediante impuestos sobre la renta obtenida por los residentes fiscales que vendan y tomen ganancias.
La administración norteamericana, propone crear un impuesto del 30% a la minería de bitcon, demostrando el interés del gobierno en capitalizar el éxito de esta criptomoneda para sus propios fines.
Sin embargo, este escenario plantea preguntas importantes sobre el papel del gobierno en el mercado de criptomonedas y el impacto potencial en los ciudadanos y la economía en general.
¿Qué sucedería con aquellos ciudadanos estadounidenses que decidan vender sus bitcoins y enfrenten impuestos de hasta un 46% sobre sus ganancias?
¿Cómo afectaría la destrucción de dólares circulantes a la economía y a la población en general?
A medida que Estados Unidos continúa enfrentando desafíos económicos significativos, la posible intersección entre bitcoin y la política económica del país se vuelve cada vez más relevante. Si bien, la moneda digital ofrece oportunidades que podrían combatir la crisis económica, también plantea desafíos y preguntas importantes sobre el futuro de la principal criptomoneda. ¿Llegará al punto de considerarse el verdadero oro digital para gobiernos como el de Estados Unidos?
A medida que la adopción continúa creciendo en todo el mundo, será crucial observar cómo Estados Unidos navega por este nuevo territorio y qué papel irá tomando en su economía y en el panorama económico global. Seguiremos escribiendo la historia…