La palabra “disrupción” se refiere a romper con lo establecido, con una idea de cambio tan significativa que desafía el status quo. En este sentido, el arte y Bitcoin, cada uno a su manera, se han convertido en dos grandes formas de disrupción que cuestionan y desafían lo tradicional.
La artista venezolana Juliette “Juls” Garzón (JG) plasma con su visión artística esta fusión disruptiva entre el arte y Bitcoin, al combinar ambos conceptos en poderosas obras de su colección “Bit Art”.
Un ejemplo representativo son sus “Art Miner”, que son mineros de Bitcoin intervenidos artísticamente y transformados en piezas de arte únicas.
Garzón contó a BTC Techno Magazine que la idea de intervenir mineros de Bitcoin a nivel artístico surgió por la curiosidad en la parte física de la máquina, que se “prestaba como un lienzo para poder intervenir”. Para darle identidad artística a cada minero, la artista caraqueña prepara cada máquina hasta convertirla en un lienzo blanco, atendiendo cada detalle durante el proceso, para el cual incluso se preparó tomando cursos sobre pintura automotriz, que considera la indicada para el acabado que busca en cada pieza.
Su intención es darle valor artístico a máquinas que habían quedado obsoletas con el paso del tiempo, a través de su expresión influenciada por el arte pop, los colores vibrantes y, particularmente, el neón, por el que siente una gran fascinación.
¿Cuáles elementos visuales o conceptuales buscas quebrantar al momento de intervenir estos mineros?
JG: “Busco básicamente convertirlo en algo que jamás hubieras imaginado viéndolo como un minero normal. Transformarlo por completo en una pieza estética, porque soy muy perfeccionista en los detalles. En cada una de mis piezas cuido cada detalle, cada proceso. Básicamente busco una perfección, que sé que no existe, pero que sea agradable para mi vista y que llame la atención esté donde esté”.
Garzón empezó a desafiar lo tradicional incluso antes de comenzar con su trabajo artístico. A pesar de haber estudiado odontología como profesión, decidió dedicarse a su verdadera pasión: el arte.
Desde pequeña siente una profunda conexión con el arte, una relación que considera que se originó mucho antes de lo que puede recordar. “Siento que en otra vida tuve algo de esto —arte—”, relató Garzón. “Porque hay veces que me salen cosas que yo misma me sorprendo. Esto vino en mí desde siempre, nadie de mi familia tiene nada que ver con arte”, agregó.
Aunque Garzón considera que la rebeldía no estuvo presente al momento de decidir estudiar arte, sí lo estuvo años más tarde, cuando en su búsqueda por profesionalizar su arte, decidió dedicarse por completo a explorar su visión creativa a través del mundo cripto y Bitcoin.
Desde entonces, Garzón ha desarrollado un repertorio artístico que, además de intervenir mineros, incluye otras obras que plasman en esencia la filosofía de Bitcoin como elemento financiero y tecnológico. La artista venezolana creó el “Mr. Pigcoiner”, una pieza que representa a una alcancía que cierra su ranura y se pone dos monedas de Bitcoin en los ojos para rebelarse contra los ahorros tradicionales.
¿Qué mensaje o crítica social buscas transmitir a través de tus mineros o tu obra en general?
JG: “Pienso que más bien hago un llamado de atención a la importancia que está cobrando este nuevo mundo, que es nuevo para todos, y trato de visibilizar eso. Es decir, visibilizar la importancia de Bitcoin como invento tecnológico. Conectar con aquellos que les gusta el arte, y que tal vez no saben lo que es Bitcoin, llamar su atención para que se interesen”.
Pensando a futuro, Garzón espera continuar viviendo el sueño de su vida dedicada al arte y seguir creando cosas nuevas, también involucradas con cripto, por lo que seguirá ampliando su gran repertorio de técnicas, que van desde el dibujo y la pintura hasta la orfebrería. A modo de primicia, reveló que su próximo proyecto artístico involucra la creación de unos cuadros que espera exhibir más allá de sus redes, en una galería o academia.
Finalmente, aunque valora el arte digital como una evolución por su capacidad de llegar a más personas, logrando que no se pierda su origen y autor, cree fielmente que el arte tradicional y físico no tiene sustituto. “Un trazo a mano es realmente irrepetible y ofrece una prueba de trabajo”, explica Garzón, por lo que se vuelve “más escaso, es limitado y puede estar en un solo lugar al mismo tiempo, lo que lo hace irremplazable”, concluyó.
Conoce más del arte disruptivo de Juls Garzón en su Instagram: @juls__art.