El debate en torno a la aplicación de la Norma de Viaje (mejor conocida como Travel Rule por su denominación en inglés) por parte del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) en el sector de las criptomonedas ha puesto de relieve varias cuestiones críticas. Oficialmente denominada Recomendación 16 del GAFI, la Norma de Viaje pretende introducir nuevas medidas para prevenir el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, al requerir el intercambio inmediato y seguro de información sobre el remitente y el beneficiario en las transferencias de activos virtuales. Pero veamos cómo funciona esto en el entorno blockchain.
A diferencia de los sistemas bancarios tradicionales, la tecnología de cadena de bloques ofrece una transparencia sin precedentes, con libros de transacciones accesibles al público. La aplicación de la Norma de Viaje extiende esta transparencia al revelar la identidad de las personas detrás de las direcciones de una billetera y su historial de transacciones.
Esto requiere un enfoque cauteloso por parte de:
- Los administradores del protocolo de la Norma: personas o entidades responsables de administrar y mantener los estándares de la Norma de Viaje.
- Proveedores de cumplimiento de la Norma: empresas o servicios especializados que desarrollan herramientas y soluciones para asegurar que las entidades involucradas en el ecosistema cripto cumplan con las regulaciones.
- Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (VASP, por sus siglas en inglés): plataformas o compañías que facilitan el intercambio, custodia o transferencia de criptomonedas para los usuarios, y que manejan y comparten los datos de los clientes.
Si bien es beneficioso en algunos aspectos, este nivel de transparencia presenta riesgos significativos para la privacidad de los usuarios que no existen en las finanzas tradicionales. Los observadores pueden ver fácilmente todas las transacciones entre direcciones de billeteras, así como los activos que se envían y reciben.
Otro desafío es el «problema del amanecer», donde los requisitos regulatorios inconsistentes entre diferentes jurisdicciones crean dificultades para el cumplimiento global. Por ejemplo, un VASP que opera en un país puede tener que adherirse a reglas diferentes en comparación con otro, lo que genera complejidades e ineficiencias en las transacciones transfronterizas. La diferencia entre jurisdicciones provoca ambigüedad en los esfuerzos de cumplimiento de los proveedores de servicios de valor añadido y, desde el punto de vista técnico, una sobrecarga operativa para los equipos de cumplimiento, ya que intentan mantenerse al día con múltiples normas para tratar las transacciones entre jurisdicciones. Esto deja a los VASP sin otra opción que adoptar un enfoque basado en el riesgo por transacción, lo que puede llevar a ineficiencias operativas y dejar brechas.
Las soluciones potenciales deberían implicar la introducción de prácticas estandarizadas; un ejemplo de ello es el estándar de mensajes universal denominado InterVASP Messaging Standard 101. Asimismo, una debida diligencia eficaz y un compromiso continuo entre los VASP y los responsables políticos para superar estos desafíos con éxito son pasos necesarios. En última instancia, lograr un equilibrio entre una regulación sólida y el fomento de la innovación será clave para el crecimiento sostenible de la industria cripto. Para los VASP, seguir las recomendaciones de la Norma de Viaje es fundamental para mantener la confianza en este sector dinámico, y mantenerse en cumplimiento con las regulaciones en evolución es crucial para combatir el fraude y prevenir el lavado de dinero.
Sin embargo, no todo es tan cuesta arriba; compañías como Sumsub ofrecen a sus clientes una solución totalmente interoperable de la Norma de Viaje para abordar estas necesidades. El camino a la regulación apenas comienza y la adaptación a ella creará la suficiente confianza para que el espacio siga creciendo y evolucionando.